martes, 26 de abril de 2011

Capitulo 15: -"Maldito alcohol"-

-¿Quién?- es una voz masculina la que contesta finalmente.
-¿Sandra?- pregunta Elena intentan ocultar su impaciencia
-Ahora mismo esta ocupada
Nunca había  escuchado la voz de Kevin, pero no era muy difícil de comprender que no sonaba normal
-¿Dónde esta?
-Bebiendo - confiesa
No cabe duda, están borrachos
Tras repetírselo varias veces logra entenderle donde están.
Cuanto más se acerca al a paradero de Sandra, mas crece su enfado. Jorge la acompaña sin mediar palabra.
Cuando llegan al parque (que resulta ser el mismo de antes) la localizan en seguida. Hay varias personas esparcidas por todos lo rincones, todas ellas bebidas.
Sandra se encuentra en mitad del parque con Kevin. Se puede apreciar que a los dos les cuesta mantenerse de pie. Quizas a ella mas que a el.
-¡Elleeeen!- grita Sandra cuando reconoce a su amiga
-¿Se puede saber que estas haciendo?- le cuestiona mientras se va acercando
-¿Quieres?- le contesta ofreciéndole la garrafa de alcohol mas cercana
-¡Suelta eso!- se hace con la garrafa y la lanza a un lado-  tú te vienes conmigo ahora mismo
-¿Por que tanta prisa, Ellen?- le pregunta Kevin intentado apoyarse en su hombro.
Pero ella lo esquiva
-A mi no me toques - seguidamente se dirige a su amiga- Nos vamos- pretende sujetarla de brazo, pero es Kevin quien la agarra a ella.
-¡Que no la toques!- Jorge interviene en la escena empujando al borrachín.
Este levanta las manos en un gesto de paz mientras se tambalea
Elena sujeta a Sandra de a cintura, que por suerte no pone resistencia.
La casa  queda unas calles abajo del parque. Y parando a descansar después de cada paso, el camino de hace eterno
-Puedo llamar al Pelau para que os acerque hasta el portal- propone Jorge
-¡NO!- exclama Sandra parándose en seco- Que es bobo
-No- repite Elena empujando para que siga caminando- total tampoco estamos muy lejos. Lo que me preocupa es la bronca que me va a caer en casa.
Y es que además de llegar a casa de madruga llevaba a su amiga borracha.
Llegan al portal Sandra se queda sentada en el suelo mientras que Elena saca las llaves, por suerte tiene una borrachera tranquila y silenciosa.
Se esta quieta hasta que Elena le tiende la mano para ayudarla a levantarse, que seguidamente se vuelve para habar con Jorge:
-Gracias por no dejarme sola
El le responde con una sonrisa. Y le susurra: Suerte ¿Qué más le podía decir?

Sus intentos por no hacer ruido al entran en el piso, no sirven de nada. Tiene a sus padres esperándola en el salón.
-¿¡Pero, donde estabas?!?- ruge Pilar en cuanto cuando la ve entrar- Te hemos llamado mil veces-
-Se me habrá gastado la batería- supone
-Tranquila Pilar- dice Sandra con una sonrisa extrema
-¿Y a esta que le pasa?- pregunta Pilar percatándose de la presencia de la adolescente
-¿Esta borracha?- presiente Gonzalo
-Nooooo- miente Sandra- Bueno. . . un poquito si
A Elena le invade una pesadez brutal. Esta pillada de lleno, no sabe que
respuestas dar a sus padres y encima tiene unas ganas locas de echarse a dormir.
-Papa, mama, voy a dejar a Sandra en el cuarto y ahora hablamos.
No les da opción a negarse. Va su habitación lo mas rápido que puede, y deja a su amiga tumbada en su cama. Por un momento siente envidia, ojala ella lo tendría tan fácil.
Vuelve al salón donde la regañina empieza. Su madre le pide explicaciones, y ella omite algunos detalles de la historia original:
-Salimos y Sandra se paso un poco bebiendo- expresa intentado quitarle importancia
Su madre le sale con que Sandra es una mala influencia (tema del que ya han hablado varias veces)
Y su padre tiene el horno de dictaminarle el castigo: sin salir hasta previo aviso
Unas cuantas quejas más de Pilar y el esperado momento de marcharse.
Para cuando lega a su cuarto, Sandra ya esta completamente dormida
-Ya me las pagaras mañana- murmura

A la mañana siguiente, Sandra amanece con un tremendo dolor de cabeza
-Se llama resaca- le razona Elena a la vez que se va vistiendo- es normal después de emborracharse.
A Sandra esa repuesta no la convence, por lo que vuelve a cerrar los ojos
-Levántate ya, que vamos  llegar tarde a clase- le insiste su amiga
- Yo me quedo durmiendo
-¡Si, lo que faltaba!- Elena a destapa bruscamente- ¡Levántate!
-Vale- responde en voz baja- pero no chilles que me duele la cabeza
-¡Te jodes!
-Ayy- se queja- Oye, puedo ponerme tu ropa, ¿no?- consulta abriendo el armario.
Elena asiente con la cabeza
-Y unas gafas de sol, ¿me puedes dejar?

-Tenias que hacer el numerito de las gafas
-¿Qué pasa?, me molesta la luz
Son las únicas palabras que intercambian en el camino
Pilar es la que las lleva hasta el colegio. Durante el trayecto muestra su enfado poniendo mala cara.
-A tu madre le caigo mal- es lo primero que dice Sandra cuando se bajan del coche
-Y a mi también- confirma Elena adelantándose
Sandra la sigue
-¿Estas enfadada?
-¡No!, claro que no- prorrumpe sarcásticamente- si me encantan que me castiguen- anda unos pasos mas y se sienta en las escaleras del colegio- No voy a volver a salir hasta navidad
-Tampoco queda tanto- bromea sentándose a su lado
-¡Vete a la mierda Sandra!-
-¡Perdón! Lo siento mucho. Creía que controlaba pero. . .
-Pues no controlaste- la interrumpe
-Ya, ¡Maldito alcohol!  Perdóname, por favor. Prometo compensarte, ya me encargare yo de que puedas verte con Jorge.
Elena parece pensárselo un momento. Hasta que le sonríe y dice:
-Te perdono si te quitas las gafas, nos mira todo el mundo
Se quita las gafas de inmediato.

martes, 29 de marzo de 2011

Capitulo 14: -"¡Que mona tu suegra!"-

Al día siguiente si se encontraba de humor para ir al instituto. Incluso para darle un beso a su padre, cuando la dejo en la puerta del recinto escolar.
Sandra tenía muchas preguntas que hacerle, y ella le contesto entusiasmada.
Elena noto que su amiga le quería contar algo, por lo que le invito a su casa a comer.
Así que a terminar las clases, las dos chavalas se dirigieron a casa de Elena. Cuando llegaron casi se habían olvidado de la nueva asistenta. Que las saludo cordialmente
-Buenas tardes
-Hola- la saludo Elena cortada
-¿Qué tal?- añadió Sandra con mucha simpatía
-Bien…- contesta mientras quita el polvo de una estantería del pasillo
-Nosotras nos vamos a mi cuarto- concluye- Si necesita algo me dice
-Vale- le responde la mujer con una sonrisa
Antes de ir al cuarto, pasan por la cocina para cogerse una ración de comida cada una.
-¡Que mona tu suegra!- exclama Sandra sentándose en la cama
-¡Cállate!- le ordena a la vez que cierra la puerta- imagínate que te oye…
Las dos comen sentadas en la cama, con el plato apoyado en sus piernas, en una postura bastante incomoda
-Luego me tienes que enseñar su Tuenti…- indica señalando el ordenador
-¿Cuál, el de Dolores?- bromea- No la tengo agregada
-¡No!, el de tu chico
-Hablando de chicos… ¿Qué tal con Kevin?- quizás sea por el, por lo que esta mal. Aunque seria muy raro que Sandra se deprimiera por un chico.
-Bien, me entiendo bien con en el- no es eso.
Se lanza a preguntárselo directamente:
-Entonces, ¿Qué te pasa?
-Nada- responde dejando ver que algo le pasa
-Sabes que me lo vas a contar, no lo alargues más
-No se tía- murmulla jugueteando con su tenedor en el plato- es difícil de explicar
-Ya, me he dado cuenta. Llevas todo el día intentando contármelo, pero no te salen las palabras- usa su sonrisa procurando ponerle las cosas más fáciles
-Vuelvo a tener problemas en casa- declara dejando el plato a un lado
-¿Has discutido con tus padres?
-Si, ayer por la tarde tuvimos la gran bronca. No me querían dejar salir- cuenta encendiéndose un cigarrillo- Mi padre y sus putas normas. Discutimos, mi madre me metió un tortazo, yo me quede con las ganas de devolvérselo… Y al final me fui y he dormido en el piso de Kevin.
-¡Te pasas!
-Pero es que estar en mi casa es un infierno. Mi padre lo único que hace es prohibirme hacer cosas, y mi madre finge ser sorda, ciega, y muda. Pasa de mi completamente - da una larga calada- Parece que tendría yo la culpa de lo que le paso a mi hermano.
Su hermano se llamaba David. Murió a la edad de 17 años. Fue una noche, salio, bebió y cogio el coche. Un trágico accidente, la ambulancia no llego a tiempo. Hacia ya 4 años.
Elena recordaba perfectamente haber ido al funeral con sus padres. Por ese entonces no era intima de Sandra, solamente la conocía del colegio.
Se podría decir que esa experiencia marco la relación de las 2.
El día del funerario, ver a los padres de Sandra llorar desconsoladamente, con tanto sufrimiento, le llamo la atención. Pero más le impresiono ver el rostro de su compañera de clase. Sandra estaba rígida, fría, Con su largo vestido, tan negro como su pelo.
Se acerco a ella y simplemente la abrazo. Que era lo único que necesitaba en ese momento.
Ese mismo año las dos comenzaron en el mismo instituto.
Miro a su amiga, estaba tirada en su cama, fumándose un cigarrillo. Ella también le miro para preguntarle:
-¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?
-Claro que si
Sandra le sonrío, no con su sonrisa malvada, sino con esa sonrisa que solo conocía su mejor amiga
Después de comer, indagan en el Tuenti de Jorge Sandra no dejo de dar su opinión sobre las fotos y demás cosas que Jorge tenia publicadas, fueron bastante buenas. Averiguo que tenían los mismos gustos musicales, le empezaba a caer bien el novio de su amiga.
No les da tiempo a examinar todo lo que tiene en Tuenti, porque se conecta y comienzan una conversación.
Elena tiene ganas de verlo, ayer no pudieron estar mucho tiempo juntos. Tras el inesperado “Te quiero” besos y abrazos completaron el momento, luego Jorge explico que tenía que marcharse. Ni siquiera le pregunto por que ese cambio de opinión.
Quedaron en verse en el parque de la última vez.
Jorge se corta un poco al ver a Sandra, que no parece importarle ir de carabina.
-¡Me abuuurro!- se queja al cabo de cinco minutos
-¿Por qué no le llamas al Pelau y nos dejas un rato en paz?- le sugiere Jorge a falta de intimidad
-A Pablo no- comunica- pero ya que no me hacéis caso, voy a llamar a mi novio- se levanta del banco en el que estaba sentada- ¿Me dejas tu teléfono, Ellen?, yo no tengo saldo- explica
Su amiga le pasa el mobil y se aleja mientras marca el número.
-Tenias ganas de librarte de ella, he- susurra Elena cuando su amiga no la oye
El se siente a su lado en el banco
-Dios, que pesada es
-Encima que le caes bien- reprende
Se hace el sordo mientras le agarra de la mano
-¿Qué tal con la asistenta?- le pregunta con una sonrisa irónica
-Estupendamente...- bromea-  Me pongo súper nerviosa cuando la veo- admite
-Ayer a la hora de cenar, contaba que su jefa parecía buena gente y que tenía una hija muy fina- ríe
Un curioso  pastor alemán, se aproxima al banco en el que están.
Jorge le silba, invitándole a acercarse, el can así lo hace: se coloca enfrente del chic, deja caer la pelota de tenis que lleva en la boca y depuse da unos pasos atrás, dándole espacio libre para tirársela.
Jorge levanta la pelota del suelo y la lanza fuertemente, el perro corre detrás.
El ríe por la simpatía del animal. Elena sin embargo lo mira con recelo
-¿No te gustan los perros?- le pregunta
-Solo de lejos
Vuelve a reír -Algún fallo tenias que tener-
El perro regresa y repite la acción de soltar la pelota. Jorge la coge, pero esta vez no se la lanza, finge hacerlo perro no la suelta. El can hace mención de correr, pero al no ver liberada la pelota se para en seco.
Inesperadamente la arroja a los pies de Elena y el perro se abalanza sobre ellos con la única intención de recuperar su pelota.
Ella grita y asustada sube las piernas al banco, lo que le provoca grandes carcajadas a Jorge.
El animal pronto es llamado por su dueño, que debía de estar viendo la escena.
-¡Idiota!- le insulta golpeándolo en el brazo. Al ver que no para de reírse le suelta un par de golpes mas fuerte- Que te calles
Finalmente se acaba contagiando de sus risas, y ella también se ríe.
-¿De que os reís?- Sandra se acerca a paso firme
-De nada- le contesta su amiga
-Escucha,- para enfrente de Elena, se agacha y apoya sus manos sobre sus rodillas-¿Qué te parece si me voy un rato con Kevin y luego te llamo?
-Bien, pero no te estés hasta las tantas, que ya sabes como es mi madre. Ni siquiera le he avisado de que te quedas a dormir.
-Si, tú tranquila- le devuelve el mobil y le da un beso en la mejilla- ¡Te quiero!- mira Jorge antes de marcharse- Adiós Jorge
-Adiós
Por fin solos, deciden ir al cine. Eligen ver una película americana, pero no es que le presten mucha atención. El es la distracción de ella y viceversa.
Cuando salen ya son las 22:00
Prueba a llamar a Sandra, pero esta no contesta.
Tiene que estar en casa en seguida, pero si Sandra tiene pensado dormir ahí, tienen que entrar a la vez.
Vuelva a intentar llamarla, no contesta. Se empieza a poner de los nervios.
-Vete tu sola a tu sola a casa- le aconseja Jorge- que se arregle ella la vida como pueda.
Ella se entretiene en el teléfono y no contesta
-¿Qué haces?- le inquiere el
-Antes le ha llamado a su novio desde mi mobil- recuerda- se a tenido que quedar guardado su numero. Voy a llamar y que me pase con ella.
Así lo hace.
Contestan
-¿Hola?- saluda Elena. No obtiene respuesta- ¿Hola?- repite

sábado, 12 de marzo de 2011

Capitulo 13: -"El amor no se puede organizar"-

Su madre termina de despedirse
-¿Qué tal estas?- le pregunta siguiéndola a la cocina- Tienes mala cara…
Come algo, ya son más las cuatro
-Mama… esa mujer, ¿es la nueva asistenta?
-Si, ¿verdad  que tenia cara de buenaza?
Seguramente, no pensaría lo mismo de su hijo, menos aun si seria Elena quien se lo presentara.
-Ahora vengo.- murmura antes de ir a su habitación.
Coge el mobil, tiene dos llamada perdidas de Sandra reclamándola. Ya hablara con ella mas tarde, tiene muchas cosas que contarle.
Primero lo llama a el. Tarda en contesta, por lo que empieza a pensar que quizás, no quiera hablar con ella. Finalmente contesta:
-¿Quién?- una pregunta estupida, por supuesto que sabe quien es
-Tu madre trabaja en mi casa- va directa a la cuestión
-¿Qué?-
-Tiene que ser ella. Mi madre ha contratado a una asistenta que se llama Dolores y tiene tus mismos ojos…
-Mi madre tenia hoy una entrevista de trabajo- colabora
-Es ella- afirma
Guardan silencio, meditando sobre las coincidencias en la vida.
También es verdad que viven en una ciudad pequeña.
-Tampoco pasa nada, es imposible que averigüe que tuvimos algo. No se tiene ni porque enterar que nos conocemos
Tiene razón. Quizás haya usado el tema de la asistenta como escusa para llamarlo.
Se justifica:
-Bueno, creí que tendrías que saberlo
Supuestamente, en ese momento vendría la parte de despedirse. Pero los dos se resisten a hacerlo
-¿Estas bien?- pregunta Jorge dudando
-Si- miente- ¿Por qué?
-Sigo cotilleándote el Tuenti- explica- ¿Por qué no has venido a clase, Ellen?- cita un comentario de Sandra
-Estaba cansada-
-¿Vas a ir mañana?
-Supongo…
-¿Me dejas ir a buscarte?
Se dispone a contestar con un gran “si”, cuando Pilar le grita desde la puerta:
-¡Cariño, me voy a trabajar!
Separa el teléfono de su boca para contestar a su madre:
-¡Vale!
Se oye el portazo
Vuelve a acercarse al mobil:
-¿Por qué esperara hasta mañana? Vente a mi casa
Tiene intriga de lo que le pueda decir. Y quiere plantarle cara
En eso quedan
Antes de que aparezca Jorge, tiene tiempo de conectarse al Tuenti.
Tiene un comentario
Sandra Delgado: xk no has venido a clase Ellen?
También se fija en el comentario aun sin contestar de Carlos
Carlos López: Perdóname!!! Me porte como un cerdo en la fiesta =(
Contesta: perdonado =)
Seguidamente entra en el perfil de Sandra. De foto principal tiene una en la que sale ella con el morenazo del otro día, por lo visto se llama Kevin. Parece que van en serio, o todo lo serio que puede ir una relación de Sandra.
Pincha en enviarle un mensaje y escribe:
Tengo tanto que contarte.
Para empezar, ayer me llevo a su casa. Casi nos pilla su madre… depuse el se enfado porque, bueno… pase de el. Y terminamos con esto que tenemos que no se ni yo como llamarlo.
Ahora viene lo flipante… SU MADRE VA A TRABAJAR EN MI CASA!
Le acabo de llamar y viene a mi casa a que hablemos... ya te contare
TK
Jorge llega en poco rato
-Hola- la saluda cuando le abre la puerta
Ella le deja pasar, mientas comenta:
-Creí que no te volvería a ver
Entra y se para en el recibidor
-He estado pensando- comienza- y pienso que no tenemos ningún futuro juntos – al igual que ella- pero, no me importa el futuro. Mientras pueda quiero estar contigo, y ya se vera…
-Yo también he estado pensando- intercede Elena- también pienso que no, no tenemos futuro juntos. Pero a mi, si me importa el futuro. No es mi estilo hacer las cosas a lo loco. Siempre pienso en el mañana, me gusta organizar mi vida.
-Nadie puede organizar su vida- se opone el- ¿Acaso tu tenias pensado encontrarte conmigo?- se acerca a ella imponiendo- ¿A que no tenias planeado enamorarte de mi?
-¡No seas tan creído!- refunfuña apartándose de su lado
-Creído no, realista- corrige soltando una risita- En fin, como tu quieras- abre la puerta preparado para marcharse- No te voy a suplicar que este conmigo, “no es mi estilo”
Da un pequeño portazo al irse
Ahora si que no lo volverá a ver jamás. Eso le hace sentir pinchazos en el estomago.
Tenía razón al decirle que siempre piensa en el mañana, pero en realidad es su madre la que organiza su vida. El que tiene que estudiar, como se tiene que comportar, como debe vestir y con quien se puede relacionar.
La verdad es que no le ha ido mal, su madre le ha organizado muy bien la vida.
Lo único que no tenía previsto era la llegada de Jorge. Aun así, tampoco le había ido mal con en el, los grandes problema no habían llegado, pues sus padres no sabían nada.
El tenía toda la razón, se estaba enamóranos, o por lo menos había empezado.
Y eso es algo que su madre no había podido organizarle, a pesar de haberlo intentado con Carlos. Lo había conseguido ella sola, como tiene que ser. Porque el amor no se puede organizar.
Pero, ¿ahora que?, ¿no volvería a verlo jamás?
Lo acababa de estropear todo… viviendo en un 4º quizás estaría a tiempo de arreglarlo.
Sale disparada de casa, baja las escaleras de dos en dos. Lo alcanza en el 1º:
-¡Jorge!- es la prima vez que lo llama por su nombre
-¿Qué?
Otras dos palabras nuevas:
-Te quiero – le dice antes de  lanzarse a su boca

martes, 8 de marzo de 2011

Capitulo: 12 -"¿Para que seguir con una relación que no tiene futuro?"

-¿Y que esperabas que haría?
- No lo se, pero pasar de mi no. ¿Te avergüenzas de mí?
-No es eso- niega subiendo la voz- no líes las cosas-
-¿¡Entonces?!
Jorge la fulmina con la mirada. Ella intenta sostenérsela, pero no lo consigue. Baja la cabeza un momento, hasta que después mirándolo fijamente, con voz tranquila y clara dice:
-Entonces… tú también has pasado de mí en tu casa
El tarda unos segundos en contestar, porque simplemente no sabe que decir
-No es lo mismo…-objeta
-¿Ah no?- suelta una carcajada seca- ¡Que bonito!, tu tienes escusa
Los dos guardan silencio. Miran hacia lados contrarios, mientras mil cosas pasan por sus cabezas.
Elena finalmente se decide a hablar:
-Me voy a mi casa- dictamina- Si quieres, cuando se te pase el cabreo me llamas
-No- decreta el- Esta claro que somos de mundos distintos, y parece ser que no los podemos encajar.- le tiembla la voz al decir las ultima palabras
Ella no sabe como reaccionar, por lo que no se lo discute
-Vale, pues… Adiós
-Adiós- asiente
Ella emprende camino hacia su casa. Anda segura, a pesar de que siente que las piernas le van a fallar, no por el peso de la mochila, sino por las emociones acumuladas.
Y el se queda hay solo. Bombardeado por la inseguridad de si habrá tomado la decisión correcta.
Cuando Elena llega a casa, no hay nadie, mejor, se libra de dar explicaciones. Va directamente a su cuarto, tira la mochila a una esquina y después ella misma en la cama. Esta cansada, demasiado ajetreo en una sola tarde.
No esta enfada, ni tampoco triste, aun no. Primero tiene que terminar de asimilar todo lo que le ha pasado hoy.
Al día siguiente, martes, aun sigue asimilando la situación, por lo que no tiene ganas de ir al instituto. A sus padres les dice que no se encuentra bien (y es cierto). No ponen impedimentos, su salud es lo primero. Incluso le llevan el desayuno a la cama, como cuando era pequeña.  Gonzalo propone ir al medico, pero ella se niega, el señor doctor no le puede ayudar en nada.
Metida en su cama, y envuelta en las mantas, esas mantas que parecen que son antibalas y anti males. Tiene tiempo para analizar la situación.
Conoce a un chico, se lanza a conocerlo, cosa que no es típico en ella. En poco tiempo, muy poco tiempo, ya se siente cómoda con el, con confianza. Incluso lo besa y cree que esta en su derecho de hacerlo, porque le parece lo mas natural del mundo. Y lo mejor de todo es que el opina igual. Hasta aquí todo genial. Ni siquiera les ha hecho falta los preliminares, como si siempre hubiera sido así, en el mundo que los dos creaban. Pero la verdad era, que cada uno pertenecía a un mundo distinto, donde el otro no podía entrar.
El mundo de el es ajeno a ella, nunca podrá entrar en el mundo gitano, ni el salir. Así que, ¿para que seguir con una relación que no tiene futuro?
Jorge, si que a tenido que seguir con su rutina. Que algo le pasa es obvio, pero solo su hermana es la única que se acerca a saber el motivo.
Analiza el ambiente en el que se encuentra, su estilo de vida. Tiene un papel, unas obligaciones y un futuro ya marcado. Sus padres, su familia, su entorno en general esperan que haga ciertas cosas.
No le cabe duda, ella no encajaría hay, no se adaptaría nunca. ¿Y el? Sabe que tiene que hacer y que no, pero no esta seguro de saber que es lo que quiere hacer.
Elena aprovecha su “día libre” para dormir, lo bueno de estar dormida es que no piensas, es un descanso para el cerebro. Eso si no tenemos los sueños en cuenta. Irónicamente, sus sueños no fueron malos, todo lo contrario. Soñó con Jorge ¿Cómo no?, su sueño fue como un resumen de sus poco momentos vividos juntos.
Dos voces femeninas la despierten. Reconoce enseguida una de ellas, es su madre. La otra se le hace conocida, pero no alcanza a darle una cara.
Vestida con su pijama de la famosa “gatita” va a investigar.
Las dos mujeres se encuentran paradas en frente de la puesta, parece ser, que estaban a punto de despedirse. Hablan cordialmente hasta que se perciben a Elena y Pilar pasa a las presentaciones:
-¡Elena!, esta es mi hija Elena- dice con sonrisa de madre orgullosa-
-Que guapa- juzga la otra mujer
-Ella es Dolores,- prosigue su madre- la nueva asistenta
Dolores, así es como dijo Jorge que se llamaba su madre. La mira, morena de ojos verdes, idénticos a los de Jorge, Sheila y Alfredo. Y con esa voz… es sin duda ella, la cara que no puedo ver ayer desde debajo de la cama.
Se esfuerza por soltar un miserable “Hola”
La mujer le sonríe, debe de pensar que es tímida.
-Bueno, entonces hasta mañana- retoma Pilar
-Si, a la 12:30, ¿verdad?
-Si, de 12:30 a 15:30 y de lunes a viernes- concluye
Elena se mete en la cocina, necesita sentarse. Eso ya es demasiado.

lunes, 28 de febrero de 2011

Capitulo:11 -"Vuelve a traer pizza la proxima vez"

-Como si estarías en tu casa- la invita Jorge a la vez que abre la puerta
Camina directo a la cocina, deja la pizza en la mesa y abre el frigorífico en busca de algo para beber.
Ella dudosa con su mochila en la espalda, lo sigue. Se sienta en una silla libre y acomoda su mochila a los pies del asiento.
-¿Seguro que no hay nadie?- Vuelve a preguntar insegura
-No hay nadie- vuelve a asegurar, mientras deposita una botella de coca cola y dos vasos en la mesa- Mis padres se han ido al hospital a ver a un tío de mi papa. Toni nunca esta en casa, y mi hermana…-duda, no esta seguro del paradero de Sheila- se habrá ido con mis padres
Elena se queda mas tranquila.
Por fin empiezan a devorar la pizza. Cuando la terminan ya son casi las cinco, los niños empiezan a salir del colegio.
Oyen el ruido de unas llaves, después el ceder de la cerradura. Ella siente como el miedo se apodera de su cuerpo. Intenta buscar refuerzo en Jorge, pero ve que el miedo también lo a inmovilizado a el. Los dos esperan sentados lo que pueda pasar. Lo que no esperan es que sea un niño de 5 años, el que aparezca en la cocina saltando.
El pequeño Alfredo se para en seco cuando ve a Elena, no la conoce y la mira con timidez. Sheila entra unos segundos después, y la mira con una cara parecida.
Jorge por otro lado también la mira. Ya no tiene miedo, pero sigue inmovilizado.
Al fin es el crío el que habla:
-Quiero pizza- pide mirando la mesa
Su hermano le facilita un cacho, y mordiéndolo se va al comedor a ver la tele.
Sheila intenta ir detrás, pero Jorge la llama
-¿Sheila?- la joven lo mira y el intenta averiguar su reacción, no parece enfadada, ni molesta. No parece que el tema le importe en absoluto, por lo que esta seguro de que no dirá nada. Y ella se lo confirma asistiendo con la cabeza ,antes de salir de la cocina.
-¿Tenemos problemas?- pregunta Elena recuperando su voz
-No, no dirán nada- contesta
-Es mejor que me valla- plantea
-No tranquila- se pone en pie y la invita con la mano- ven que te enseño mi cuarto- ella se levanta y la conduce hasta su habitación- No te asustes, esta un poco desordenada- y así es, en lo primero que se fija es en las dos camas sin hacer.
-¿No te sabes hacer la cama, Jorge?- se burla
-Me levanto muy pronto- se excusa este.
-Yo también y me da tiempo de hacer mi cama- dice con sarcasmo dejándose caer en una de ellas
-Ten cuidado, esa es la de Toni, a saber que tiene hay…
Rápidamente se cambia a la cama de al lado.
El ríe y se tumba a su lado. La cama es de 1,20 por lo que están un poco apretados.
-¿Y tus padres?- duda ella, volviéndose a preocupar
-En el hospital- indica el sin entender la pregunta.
-Ya, como tu hermana- responde con ironía
-Creía que estaba con ellos, se me olvido que alguien tenía que recoger a Alfredo de la escuela- confiesa
Elena no parece muy segura, así que intenta convencerla a base de besos. Parece dar resultado
-¿Y tu madre,- pregunta el- dónde cree que estas?
-En casa, hoy le tocaba trabajar por la tarde…
-Te deja mucho sola en casa, ¿no?
-Si, e intenta compensármelo los fines de semana
Se miran un rato sin decir nada
-Pues, ya sabes a quien llamar cuando estés sola- le ofrece finalmente el.
Ella le regala su sonrisa antes de besarlo.
Y al igual que el sábado, se sumergen en besos, olvidándose de todo. Llegan a su mundo, creado por los dos, donde solo existen ella y el. Donde no existen madres que llegan a casa, pero Sheila pronto les trae al mundo real:
-¡Viene la mama!- grita irrumpiendo en la habitación
Del sobresalto Jorge casi cae de la cama, pero es rápido y consigue mantener el equilibrio
-¡Esta subiendo!- le apresura su hermana
Por una vez en la vida, los dos se alegran de vivir en un 4º piso sin ascensor, eso les da más tiempo.
-No le va a dar tiempo a salir- medita Jorge. Y tiene razón su madre estará en casa antes de que le de tiempo de cerrarle la puerta a Elena, se encontrarían.
-No- afirma Sheila, parece dispuesta a ayudarle
-Métela en tu cuarto, Sheila- decide- hay nunca entra
-Bien- acepta, agarrando a la chica de la que ni siquiera sabe el nombre de la muñeca. La arrastra a su habitación, busca un lugar donde esconderla.
-El armario- sugiere Elena
-Mejor debajo de la cama
Rápidamente se introduce debajo de la cama, entonces se acuerda de algo
-Mi mochila- susurra
Jorge corre a encontrarse con su madre
-Mama- la saluda al abrirle la puerta
-¡Mama!- exclama Alfredo corriendo al encuentro de su madre. La abraza, y Jorge tiembla al pensar que le puede contar algo.
-¿Y mi papa?- pregunta el niño
Parece ser que no dirá nada, es como si se habría olvidado de ver a Elena
-Se a quedado en el hospital, luego vendrá- responde Dolores dirigiéndose hacia la cocina- Habéis comido pizza- observa
Entonces se fija en la mochila:
-¿Y esa mochila?-
Jorge vuelve a temblar, pero Sheila aparece de repente y se apresura a mentir
-De Vanesa, no ha venido hoy a clase y me a pedido que le lleve las tareas- explica colgándose la mochila al hombro y llevándola a su cuarto, con su verdadera dueña.
Dolores no parece darle importancia al asunto, recoge los restos de pizza y después marcha a recoger la habitación de los chicos, Jorge la persigue en todo momento.
Mientras tanto Sheila se asegura de que la “íntima” de su hermana sigue debajo de la cama-
-Podíamos decirle que soy una amiga tuya- propone
-Si… mi amiga la paya de la que nunca le he hablado- responde con sarcasmo- no se lo crearía- la puerta de la habitación se abre, baja el edredón velozmente para tapar a Elena
-Cariño…- la llama su madre
-No encuentro mis botas negras- se queja poniéndose en pie, fingiendo que era lo que buscaba debajo de la cama.
-Estarán en el armario- le sugiere
-Seguro- responde sabiendo que es hay donde están
-Mañana tendrás que ir otra vez a recoger al niño del colegio, ¿vale? Es que- se explica- tengo una entrevista de trabajo
A Elena le llama la atención su voz, segura. Trasmite calma y serenidad, incluso estando debajo de una cama. Tenía una verdadera voz de madre.
La cara sin embargo no se la pudo ver.
-Vale mama- contesta Sheila
Dolores sale de la habitación, chocándose con Jorge
-¿Qué te pasa hoy?, ¡todo el rato en medio hijo!- le reniega
El entra ligeramente al dormitorio de su hermana y cierra la puerta.
-¿Qué hacemos?
-Enciérrate con mama en su cuarto- idea- y entretenla un rato mientras nosotros- señala la cama y a el mismo- nos vamos
Sheila no pone ningún inconveniente, decidida va a entretener a su madre.
Jorge le ayuda a Elena a salir de su escondite y le entrega su mochila, que se la vuelve a poner al hombro.
En cuanto oye cerrase la puerta de la habitación de sus padres, coge la mano de su
Se asustan un poco al escuchar gritar a Dolores:
-¡Olvídate de ese viaje!- Sheila estaba usando como escusa el viaje de fin de curso para entretener a su madre.
Antes de conseguir escaparse, se cruzan con Alfredo
-Adiós- le susurra Elena, contenta por salir victoriosa
-Vuelve a traer pizza la próxima vez- se atreve a pedir el pequeño.
Bajan las escaleras apresuradamente, fuera del portal corren un trozo alejándose del peligro.
-Que mono tu hermano- dice ella, ya a salvo
-Como yo
-No, tu eres un busca líos- lo acusa
-Tranquila- habla haciendo un gestó de calma con las manos- Que no nos han pillado
-¿Y si nos llegan a pillar?- cuestiona alterada
-Pero no te piques- le dice, pretendiendo abrazarla
-Déjame- ordena apartándose de el- me voy
Emprende camino a su casa
Jorge la sigue:
-Si me pagas el bus, te acompaño- le ofrece
-¡No!- niega fingiendo esta vez su enfado- Tenia razón Sandra, me vas a salir mucho más caro que Carlos

Se sientan en la parte de atrás del autobús urbano. Han tenido suerte, no esta muy lleno.
Primero, deben de pasar por unas cuantas paradas antes de la suya, y en una de ellas, montan dos amigas de Elena. Esta reacciona en cuanta las ve:
-Déjame pasar- le pide a Jorge levantándose de su asiento
-¿Qué haces?- pregunta este sin entender nada.
-Conozco a esas dos- justifica.
Se aparta unos pasos de donde esta Jorge sentado y se agarra a una varilla del autobús.
Aparenta sorpresa cuando las chicas suben al bus
-¡Hola!-
-¡Ellen!-
Se saludan con dos besos y un abrazo, aparentan tenerse mucho aprecio. Nadie diría que esa mañana se vieron en el instituto y ni siquiera se saludaron.
Empiezan a hablar de tonterías. Una de las chicas le cuenta que a sacad un 7 en un examen de biología y ella actúa como si le interesaría.
Finge no conocer a Jorge, que desde su asiento la mira indignado.
Cada palabra que profiere Elena, le parece mas falsa. Y mas rabia le da. Logra controlarse, y cuando el trayecto llega a su fin, baja lanzado del autobús.
Ella tarda unos segundos, porque tiene que despedirse de sus amigas.
-Que pesadas- reprocha al bajar.
El la espera apoyado en la pared mas cercana.
-¿Qué te pasa?- cuestiona cuando percibe su mosqueo.
-¿Te piensas que puedes pasar de mi, y hacer como si nada?- mas que una pregunta es una acusación-

martes, 15 de febrero de 2011

Capitulo:10- “pizzería” -

Sus tíos alquilaron un local para la celebración. Y sus padres, habían querido ir temprano para ayudarles a preparar todo.
Antes, tuvieron que parar para que Jorge, se recargara el móvil.
Cuando sus padres se distraían, intentaba llamarla, se había aprendido el número de memoria. Pero ella no contestaba.
-¿A quien llamas?- su hermana si, se da de cuenta de sus intenciones. No logra respuesta, así que insiste- Seguro que a la misma persona, con la que me gastaste el saldo ayer.
El le dedica una media sonrisa

Aunque era numero desconocido, sabia perfectamente que era el. Por eso mismo no podía contestar, su madre no la dejaba sola ni un minuto.
En la hora de comer, fueron los tres al restaurante preferido de Pilar, que aprovecho para avisarlos de que tenia pensando contratar a una asistenta.
Después, les forzó a ir a mirar tiendas. Y aprovechó para volver al tema de Carlos:
-Marta a accedido a comprarle el porche- hablaba mientras elegía un pantalón para su hija.
Ella se limitaba a asentir. Mientra aseguraba su móvil en tono de silencio e intentaba tener paciencia.

La fiesta trascurrió con normalidad, mucho baile, mucha música y mucha alegría. La novia estaba preciosa con su vestido rojo y su corona.

Por suerte, su madre se cansa rápido. Y tras comprarle unas cuantas prendas, innecesarias. Vuelven a casa.
Encerrada en su habitación, intenta llamarlo. Ahora es el, quien esta ocupado y no responde.
No se desanima. Se entretiene examinando lo que le ha comprado su made. Se prueba el primer pantalón, es bonito. La verdad es que Pilar tiene buen gusto para la ropa… No le da tiempo a probarse el segundo, vibra el móvil (aun en tono de silencio).  Corre a contestar tropezando con la ropa.
-Te ha costado contestar, he- la saluda- Encima que me recargo el teléfono, por ti- se escucha de fondo el ajetreo de la fiesta.
-¿En serio?, ¡es halagador!- bromea
-Oye, ahora no puedo hablar- en realidad es el volumen de la música lo que no le deja hablar- ¿Qué haces mañana?
-Tengo instituto
-¿A cual vas? Puedo ir a recogerte…

Jorge espera puntual, en la puerta del instituto. A las 14:30, los alumnos empiezan a salir, con sus mochilas a la espalda. El esquivándolos, la busca con la mirada. La encuentra pronto, va con Sandra.
-Has venido- lo saluda
-¿No creías que vendría?- pregunta mirándola de arriba abajo
 Lleva uno de los pantalones que le regalo el día anterior su madre.
-¿Qué miras?
-Nada- deja de examinarla y le mira a la cara- no se porque, pensaba que irías con uniforme.
-No somos tan horteras- interviene Sandra
-¿Has comido?- pregunta Elena entre risas
-No
-Yo tampoco, ¿vamos a comer por hay?
-No llevo dinero- confiesa
-Yo si- contesta señalando su mochila
-¿Vas a dejar que pague ella?- cuestiona Sandra maliciosa- ¡Que poco romántico!
- Lo que pasa, es que yo apoyo la igualdad entre el hombre y la mujer- se defiende
-Ya, pues seguro que Carlos, –esboza su sonrisa malvada- no la dejaría pagar a ella.- Su amiga le ha contado los celos de Jorge.
-Entonces, vete tú a comer con Carlos- prorrumpe Elena
-No seria mala idea… ¿tienes su número de teléfono?
-Adiós Sandra- responde ignorando su ultima pregunta. Agarra a Jorge de la mano, y lo conduce rápidamente, librándose de su amiga- ¡Te veo mañana!- le dice mientras se aleja.
 Cuando se separan del recinto escolar, le pregunta:
-¿Te gusta la pizza?- sin soltarlo de la mano
-De cuatro quesos- explica
-Bien. Te voy a llevar a una pizzería en la que se come de gloria.
Y así lo hace.
El establecimiento esta repleto de gente
-Esto esta petado- se fija Jorge.
Ella se las intenta apañar, para llegar al mostrador y pedir la comida.
-Podíamos ir a otro sitio- le propone, acercándose a su oído para que pueda oírlo.
Elena se limita a negar con la cabeza.
El se aparta fastidiado. Le agobia la multitud, y hay no puede dar tres pasos sin empujar a alguien.
Del alboroto, casi no se entera de que le suena el móvil. Por eso en cuanto se percata de que le están llamando, sale fuera a contestar. Es su madre, lo llama para avisarlo de que le dejan las llaves en el buzón. Antonio y ella, van a ir al hospital a ver a un familiar. En casa no hay nadie.
Cuando entra de nuevo a la pizzería, Elena ya ha conseguido hacer su pedido:
-¿Para llevar o comer aquí?- le pregunta el camarero
-Para llevar- se apresura a contestar el.

Capitulo: 9- ¿Todos tus amigos te llaman "princesa"?

-¡Ya estoy aquí!- anuncia Elena cerrando la puerta
-Hola cariño- la saluda su madre desde la cocina.
En el pasillo, se cruza con su padre:
-¿Dónde estabas?
-De compras con Sandra, quería comprarse unas zapatillas.- Se asombra de lo bien que miente, para ser principiante.
-Con el buen día que a hecho…- reprocha Gonzalo sin fijarse de la risita de su hija- Tu madre esta haciendo la cena
-Si, enseguida voy-
Primero tiene que llamar a Sandra.
Jorge nunca lleva llaves. ¿Para que?, siempre hay alguien en casa, que le abra la puerta. Esta vez es su madre.
-¿Dónde has esto?
-Con el Ricky- miente sin darle importancia- ¿Y Sheila?
-En su habitación
-¿Con quien?
-Sola- responde preguntándose con quien esperaba que estaría.
Corre hacia a la habitación de su hermana, y entra:
-Oye, ¿tú sabes como se llama a cobro revertido?-
-¡Muy bonito- Sandra comienza a criticarla, con humor- A Carlos lo conoces de toda la visa, y eres incapaz de darle un beso por su cumpleaños. A ese chaval lo conoce hace tres días, ¡y te das el lote con el!-
-Es diferente- reprocha, intentando justificarse- Con Carlos, siempre estoy incomoda. Y sin embargo, con Jorge estoy a gusto. Con el, puedo ser yo misma. Como si siempre hubiera sido así…
-Pero, sabes que no puede ser, ¿no, Ellen?- dice poniéndose seria- El, no es como tu y yo.
-¿Cómo que no? Tiene dos ojos, dos orejas… al igual que nosotras
-Sabes a lo que me refiero…
-¡A cenar!- ordena Pilar desde la cocina
-Te tengo que dejar, me voy a cenar-
-¿Dónde has estado toda la tarde, hijo?- pregunta Antonio, en cuanto su hijo se sienta en la mesa.
-Con el Ricky por hay- responde mientras se sirve la cena.
Toni lo mira, copiándole la sonrisa malvada a Sandra. Mas tarde, lo fulminara a preguntas indiscretas.
-Mañana el pedimiento de Esther- comunica Dolores
-¿Mañana?- consulta Jorge, recordando a su primo, tan solo unos meses mas joven que el. Hace menos de una semana, que fue toda la familia de su, ya confirmado novio, a pedir su mano. Y mañana ya lo harán oficial.
En casa de los Álvarez, también hacen planes para mañana, mientras cenan:
-Mañana, podíamos ir los 3, a comer por hay- propone Pilar con entusiasmo
-Yo tengo mucho trabajo atrasado…-Gonzalo intenta librarse.
-Mañana, iremos a comer en familia.- Ya no es una proposición. Es una orden
Nunca solían pasar tiempo en familia, y Pilar intentaba recuperarlo, en cuanto tenia tiempo libre. Sin importarle, si su marido y su hija, también lo tenían.
Terminada la cena, en casa de los Jiménez. Son las mujeres quienes recogen. Alfredo, vuelve a repetir “Cars”, en compañía de su padre.
Los dos chicos, se encierran en el cuarto. Mientras Jorge enreda en el ordenador, Toni lo ataca a preguntas, desde la cama:
-¿Y te la llevas a un parque?, ¡que aburrido eres!-
-Fue ella quien quiso ir al parque- contesta sin prestarle mucha atención.
-Tenias que haberla llevado de compras, – continua- tiene pintas de ser una pija
Seguro que le gusta gastarse el dinero, y te habría comprado algo…
- Carlos López- lee en voz alta, sin escuchar a su primo.
Elena, ayuda a recoger la mesa, y corre a iniciar sesión en Tuenti. Tiene un comentario:
Carlos López: Perdóname!!! Me porte como un cerdo en la fiesta =(
Un beso princesa
Se dispone a contestar, cuando le suena el móvil. Contesta:
-¿Quién?
-Yo- Es Jorge
-Esperaba que me llamarías a cobro revertido
-Al final me a dejado mi hermana su móvil –admite- ¿Qué haces?
-Aquí en el Tuenti…
-Tienes un comentario de Carlos López- suelta
-Si, ya lo veo- contesta extrañada- ¿Sigues cotilleándome el Tuenti?
-Un poco –hace una pausa, hasta que no resiste la intriga- Y ¿Quién es?
-Un amigo- responde aguantándose la risa- ¿Por qué?
El ignora la pregunta- ¿Todos tus amigos, te llaman “princesa”?- escupe la ultima palabra.
-No, solo los que ante los ojos de mi madre, son “mi futuro novio”- no puede evitar soltar una carcajada- ¿Por qué?- repite, fingiendo desconcierto- ¿Acaso, estabas celoso, Jorge?
-No, solo quería saber, si la chica con la que he pasado la tarde, tiene novio
-No, no es mi novio. Ni nada parecido.
-Bien- dice el
-Bien- corea ella
-¿Qué haces mañana?
-Salgo a comer, con mis padres. ¿Tu?
-Yo voy a ir al pedimiento de mi prima
-¿Al que?
-Tengo tantas cosas que enseñarte, “princesa”
Están un buen rato mas hablando. El le explica lo que es un pedimento:
-El pedimiento es paro los gitanos, como la petición de mano de los payos.
Ella igualmente, intenta aclararle el asunto de Carlos:
-Mi madre y la suya, son muy buenas amigas. Sueñan con vernos juntos.
Y así siguen, profundizando más en su relación. Hasta que Jorge, empieza a sentir compasión por el saldo de su hermana. Se despide con un:
-Buenas noches, “princesa”- esta vez sin escupir la ultima palabra
Y promete llamarla la próxima vez, desde su móvil.

Capitulo 8:-"¿Le importaría no ser tan inoportuna, y no llamar cuando estoy besando a su hija? Gracias, sabia que lo entendería"


El timbre suena, y Elena corre a contestar por el telefonillo:
-¿Quién?-La música de una guitarra la saluda -Jorge- dice, sin ocultar su alegría
-¿Bajas?
-Dame un minuto
Cuelga y corre a su habitación. Se pone las primeras zapatillas que ve, no hay tiempo de arreglarse. Prefiere ir fea, que hacerlo esperar.
Guarda las llaves en el bolsillo izquierdo de su pantalón. Empieza a buscar su móvil, que como siempre tiene ganas de jugar al escondite. Lo pilla rápido,
Lo había dejado sobre la mesa de la cocina, después de hablar con Sandra. Lo guarda en el bolsillo derecho, y sale del piso.
Baja las escalares de tres en tres. Cuando llega al portal lo ve, tras la puerta de cristal, esperándola con su guitarra.
-¿Qué haces aquí?- saluda, saliendo del portal.
-Me ha traído mi chofer- bromea señalando el coche rojo, aparcado a pocos metros. Elena lo reconoce enseguida. Recuerda haberse subido un par de veces, con Sandra.
-¿Pablo es tu chofer personal?
-Si- le echa una sonrisa. Es la primera vez que ella ve su sonrisa tan claramente, y espera que no sea la ultima- ¿Cuánto tiempo tienes?
-Pues… no lo se-
-Tú tranquila. La agarra de la mano- para antes de las 12 estas en casa- agarrando con una mano a ella, y con otra la guitarra. Las conduce hasta el coche.
En el vehículo no esta solo “El Pelau”, también esta “El Ricky”. Que se hace notar en cuenta se suben al coche:
-Niña, ¿no te da miedo ir con nosotros?- le pregunta con malicia
Jorge lo fulmina con la mirada.
-No es la primera vez que me monto con Pablo- contesta ella, fingiendo que a malinterpretado la pregunta- Me fio bastante de su manera de conducir…
-Haces bien Elena - contesta este presumiendo.- Bien, ¿y a donde os llevo parejita?
Un silencio incomodo sigue a “parejita”. Hasta que ella se decide a hablar:
-Si, ¿A dónde me llevas?- le consulta mirándolo.
-No lo se, ¿no hay ningún sitio tranquilo, donde podamos estar los dos solos?- pregunta dejando a sus amigos fuera del plan.
-Si, hay un parque cerca de aquí, donde nunca hay nadie. ¿Sabes cual es, Pablo?
¿Cómo no va a saberlo?,!si hay es donde Sandra y el vivieron sus momentos mas apasionados!
En un momento, se encuentra los dos en dicho parque.
El sentado en el césped. Dándole la espalda a ella, que esta echada a su lado, escuchando como toca la guitarra.
-Me encanta- lo felicita cuando termina de tocar la ultima melodía
El guitarrista deja su instrumento a un lado, ya ha tocado medio repertorio de Paco de Lucia. Tampoco quiere aburrirla.
Se deja caer en la hierba, al par de ella.
-¿Nunca has pensado en tocar profesionalmente?- sus caras están muy cercar. Puede sentir su respiración al hablar.
-No…- niega encogiéndose de hombros.
-¿Dónde aprendiste?- pregunta, esperando de respuesta el nombre de alguna academia.
-Me enseño mi papa.
-¿Y tu padre, donde aprendió?
-Le enseño su papa
-Vale, no te pregunto donde aprendió tu abuelo, porque se me la repuesta- ríen. Tras unos segundos, ella retoma la conversación- ¿Y no sueñas con hacerte famoso, subirte a un escenario y que la gente te escuche?
-No, no tengo ese tipo de sueños- contesta mirando al cielo.
-Y ¿Cuáles son tus sellos?
-No se… tener una vida normal. Casarme, seguir trabando, tener hijos… ¿Tu?
-¿Yo?- también dirige su mirada al cielo- Yo sueño con algo mas… no espero únicamente casarme y parir un par de niños.
-Entonces,- la mira- ¿con que sueñas?
-No se… con tener mi historia aparte- deja de mirar al cielo, y sus ojos se encuentra.
El se acerca mas a ella, aguarda un instante. Al no recibir ningún tipo de negación, la besa. Ella se deja besar, apoyando su brazo izquierdo en el pecho de el. Disfrutan del beso.
Pero Enrique Iglesias y Pitbull, les interrumpen con su “I like it”. Elena se separa bruscamente, para sacar su móvil del bolsillo.
-¡Mi madre!- grita atemorizada al leer la pantalla. Contesta rápido, sin darle motivos a regañarla- ¿Si?
-¿Dónde est…?
-He salido, con Sandra- ella misma se asombra de lo rápido que contesta.
-Vale, cariño- no pone ningún tipo de pega. Eso le hace sentirse culpable a Elena.- No tardes mucho.
-Vale mama, adiós.- cuelga.
-¿Por qué no me la has pasado?- interviene Jorge
-Porque tampoco le daría mucha ilusión conocerte hoy- contesta buscando la bandeja de SMS en su móvil.
-¿Cómo que no?, si le iba a hablar con respeto. Iba a decir, -adopta un tono de voz educado- perdone tía ¿le importaría no ser tan inoportuna, y no llamar cuando estoy besando a su hija? Gracias, sabia que lo entendería.-
-¡Es capaz de denunciarte!- dice entre risas, mientras termina de escribir el SMS. El se acerca, para ver que esta haciendo- Cotilla- lo acusa.
Relee el mensaje: Mi madre cree que estoy contigo, así que no la cagues. Te quiero loka.
Enviar a Sandra.
-¿La loca esa, te saca de apuros, no?- consulta Jorge, mientas le besa el cuello.
-Si, es lo bueno de tener una amiga loca.- guarda el móvil, y se gira hacia el. Cambiando su cuello, por su boca.
Se dejan llevar, flotan en ese cielo que antes contemplaban. Hasta que el teléfono, vuelve a sonar.
-Podías apagarlo- aconseja el.
Elena contesta, esta vez sin apartarse. Por lo que el, puede escuchar la conversación.
-¿Si?
-¿Qué es eso que estas haciendo, que no puede saber tu madre?- Es Sandra. Claro, tenia que habérselo imaginado. No puede enviarle un SMS así, sin despertar su curiosidad.
-¡Hola!- grita Jorge, respondiendo a su pregunta.
-Ah vale- a Elena le parece ver su sonrisa malvada, tras el celular- Entonces te dejo tranquila, picarona
-Luego te llamo- cuelga
-¿Picarona?- dice, a la vez que ella, le enfoca con la cámara del móvil. Le ha pillado con la boca abierta, esta muy gracioso.
Rota el teléfono, para mostrarle la fotografía:
-¡Me parezco a mi hermana!
-¿Cuántos hermanos tienes?- preguntan, guardando la foto y el móvil.
-Tres. –Contesta abrazándole la cintura- Mi hermana Sheila, que tiene 12 años.
Alfredo, que es el mas pequeño, tiene 5. Y Toni.
-Creía que Toni era tu primo- señala acariciándole el pelo
-Si, pero nos hemos criado como hermanos. Sus padres se murieron cuando era pequeño…- se calla. No se siente bien contando las intimidades de su primo.
Elena advierte su incomodidez
-No hace falta que me cuentes, si no quieres
-Puedes preguntarme lo que quieres de mi- le ofrece, dispuesto a contarle su vida entera- Pero, no me gusta hablar de los demás.
Ella accede, y así pasan las horas. Tirados en el césped, hablando.
Ella quiere saberlo todo sobre el. Le pregunta por sus gustos, por sus aficiones, por sus pensamientos, por sus sentimientos. Y el le responde con toda sinceridad. Deleitándola con su miedosa sonrisa, una y otra vez. En ese solitario parque, que lo niños deben considerar aburrido, porque no hay ni uno.
Ni siguieran se enteran, cuando el BMV rojo para enfrente de ellos. Hasta que el Ricky se asoma por la ventanilla:
-¡Oye Jorge!- chilla con cara de pocos amigos- Son las siete pasadas… esta chica se tendrá que ir a su casa, ¿no?
-Si- responde Elena levantándose velozmente- Mi madre me va a matar- se lamenta, mientra sacude la hierva de su pantalón.
Jorge recoge su guitarra, y tras ella, monta en el coche.
Los dos van montados atrás, igual que antes. Pero todo ha cambiado. Ahora se miran sin ninguna vergüenza. Tienen la complicidad y confianza, que otras parejas no consiguen en años de relación.
Les ha bastado un par de horas, para conocerse por completo.
El se siente desnudo ante su mirada. A ella le a dicho cosas, que no contaría ni a sus mejores amigos. Pero también siente que la conoce, que a aprendido a interpretar su sonría. Esta seguro de que podría leer cualquier pensamiento en ella. Y no se equivoca.
Cuando llegan a su casa, se ofrece a acompañarla hasta el portal:
-¿Me das tu número?- le pregunta al llegar
-¿Vas a llamarme?- duda ella con una sonría
-Si, a cobro revertido. No tengo saldo- explica
-¡Ya has roto todo el romanticismo!- ríen- ¿Apuntas?
-No, lo memorizare. –Señala el número del portal- Lo he hecho con tu dirección.
Después de que se lo repita varias veces, jura habérselo aprendido. Y se despiden, esta vez con un solo beso. Pero mas intenso.