lunes, 28 de febrero de 2011

Capitulo:11 -"Vuelve a traer pizza la proxima vez"

-Como si estarías en tu casa- la invita Jorge a la vez que abre la puerta
Camina directo a la cocina, deja la pizza en la mesa y abre el frigorífico en busca de algo para beber.
Ella dudosa con su mochila en la espalda, lo sigue. Se sienta en una silla libre y acomoda su mochila a los pies del asiento.
-¿Seguro que no hay nadie?- Vuelve a preguntar insegura
-No hay nadie- vuelve a asegurar, mientras deposita una botella de coca cola y dos vasos en la mesa- Mis padres se han ido al hospital a ver a un tío de mi papa. Toni nunca esta en casa, y mi hermana…-duda, no esta seguro del paradero de Sheila- se habrá ido con mis padres
Elena se queda mas tranquila.
Por fin empiezan a devorar la pizza. Cuando la terminan ya son casi las cinco, los niños empiezan a salir del colegio.
Oyen el ruido de unas llaves, después el ceder de la cerradura. Ella siente como el miedo se apodera de su cuerpo. Intenta buscar refuerzo en Jorge, pero ve que el miedo también lo a inmovilizado a el. Los dos esperan sentados lo que pueda pasar. Lo que no esperan es que sea un niño de 5 años, el que aparezca en la cocina saltando.
El pequeño Alfredo se para en seco cuando ve a Elena, no la conoce y la mira con timidez. Sheila entra unos segundos después, y la mira con una cara parecida.
Jorge por otro lado también la mira. Ya no tiene miedo, pero sigue inmovilizado.
Al fin es el crío el que habla:
-Quiero pizza- pide mirando la mesa
Su hermano le facilita un cacho, y mordiéndolo se va al comedor a ver la tele.
Sheila intenta ir detrás, pero Jorge la llama
-¿Sheila?- la joven lo mira y el intenta averiguar su reacción, no parece enfadada, ni molesta. No parece que el tema le importe en absoluto, por lo que esta seguro de que no dirá nada. Y ella se lo confirma asistiendo con la cabeza ,antes de salir de la cocina.
-¿Tenemos problemas?- pregunta Elena recuperando su voz
-No, no dirán nada- contesta
-Es mejor que me valla- plantea
-No tranquila- se pone en pie y la invita con la mano- ven que te enseño mi cuarto- ella se levanta y la conduce hasta su habitación- No te asustes, esta un poco desordenada- y así es, en lo primero que se fija es en las dos camas sin hacer.
-¿No te sabes hacer la cama, Jorge?- se burla
-Me levanto muy pronto- se excusa este.
-Yo también y me da tiempo de hacer mi cama- dice con sarcasmo dejándose caer en una de ellas
-Ten cuidado, esa es la de Toni, a saber que tiene hay…
Rápidamente se cambia a la cama de al lado.
El ríe y se tumba a su lado. La cama es de 1,20 por lo que están un poco apretados.
-¿Y tus padres?- duda ella, volviéndose a preocupar
-En el hospital- indica el sin entender la pregunta.
-Ya, como tu hermana- responde con ironía
-Creía que estaba con ellos, se me olvido que alguien tenía que recoger a Alfredo de la escuela- confiesa
Elena no parece muy segura, así que intenta convencerla a base de besos. Parece dar resultado
-¿Y tu madre,- pregunta el- dónde cree que estas?
-En casa, hoy le tocaba trabajar por la tarde…
-Te deja mucho sola en casa, ¿no?
-Si, e intenta compensármelo los fines de semana
Se miran un rato sin decir nada
-Pues, ya sabes a quien llamar cuando estés sola- le ofrece finalmente el.
Ella le regala su sonrisa antes de besarlo.
Y al igual que el sábado, se sumergen en besos, olvidándose de todo. Llegan a su mundo, creado por los dos, donde solo existen ella y el. Donde no existen madres que llegan a casa, pero Sheila pronto les trae al mundo real:
-¡Viene la mama!- grita irrumpiendo en la habitación
Del sobresalto Jorge casi cae de la cama, pero es rápido y consigue mantener el equilibrio
-¡Esta subiendo!- le apresura su hermana
Por una vez en la vida, los dos se alegran de vivir en un 4º piso sin ascensor, eso les da más tiempo.
-No le va a dar tiempo a salir- medita Jorge. Y tiene razón su madre estará en casa antes de que le de tiempo de cerrarle la puerta a Elena, se encontrarían.
-No- afirma Sheila, parece dispuesta a ayudarle
-Métela en tu cuarto, Sheila- decide- hay nunca entra
-Bien- acepta, agarrando a la chica de la que ni siquiera sabe el nombre de la muñeca. La arrastra a su habitación, busca un lugar donde esconderla.
-El armario- sugiere Elena
-Mejor debajo de la cama
Rápidamente se introduce debajo de la cama, entonces se acuerda de algo
-Mi mochila- susurra
Jorge corre a encontrarse con su madre
-Mama- la saluda al abrirle la puerta
-¡Mama!- exclama Alfredo corriendo al encuentro de su madre. La abraza, y Jorge tiembla al pensar que le puede contar algo.
-¿Y mi papa?- pregunta el niño
Parece ser que no dirá nada, es como si se habría olvidado de ver a Elena
-Se a quedado en el hospital, luego vendrá- responde Dolores dirigiéndose hacia la cocina- Habéis comido pizza- observa
Entonces se fija en la mochila:
-¿Y esa mochila?-
Jorge vuelve a temblar, pero Sheila aparece de repente y se apresura a mentir
-De Vanesa, no ha venido hoy a clase y me a pedido que le lleve las tareas- explica colgándose la mochila al hombro y llevándola a su cuarto, con su verdadera dueña.
Dolores no parece darle importancia al asunto, recoge los restos de pizza y después marcha a recoger la habitación de los chicos, Jorge la persigue en todo momento.
Mientras tanto Sheila se asegura de que la “íntima” de su hermana sigue debajo de la cama-
-Podíamos decirle que soy una amiga tuya- propone
-Si… mi amiga la paya de la que nunca le he hablado- responde con sarcasmo- no se lo crearía- la puerta de la habitación se abre, baja el edredón velozmente para tapar a Elena
-Cariño…- la llama su madre
-No encuentro mis botas negras- se queja poniéndose en pie, fingiendo que era lo que buscaba debajo de la cama.
-Estarán en el armario- le sugiere
-Seguro- responde sabiendo que es hay donde están
-Mañana tendrás que ir otra vez a recoger al niño del colegio, ¿vale? Es que- se explica- tengo una entrevista de trabajo
A Elena le llama la atención su voz, segura. Trasmite calma y serenidad, incluso estando debajo de una cama. Tenía una verdadera voz de madre.
La cara sin embargo no se la pudo ver.
-Vale mama- contesta Sheila
Dolores sale de la habitación, chocándose con Jorge
-¿Qué te pasa hoy?, ¡todo el rato en medio hijo!- le reniega
El entra ligeramente al dormitorio de su hermana y cierra la puerta.
-¿Qué hacemos?
-Enciérrate con mama en su cuarto- idea- y entretenla un rato mientras nosotros- señala la cama y a el mismo- nos vamos
Sheila no pone ningún inconveniente, decidida va a entretener a su madre.
Jorge le ayuda a Elena a salir de su escondite y le entrega su mochila, que se la vuelve a poner al hombro.
En cuanto oye cerrase la puerta de la habitación de sus padres, coge la mano de su
Se asustan un poco al escuchar gritar a Dolores:
-¡Olvídate de ese viaje!- Sheila estaba usando como escusa el viaje de fin de curso para entretener a su madre.
Antes de conseguir escaparse, se cruzan con Alfredo
-Adiós- le susurra Elena, contenta por salir victoriosa
-Vuelve a traer pizza la próxima vez- se atreve a pedir el pequeño.
Bajan las escaleras apresuradamente, fuera del portal corren un trozo alejándose del peligro.
-Que mono tu hermano- dice ella, ya a salvo
-Como yo
-No, tu eres un busca líos- lo acusa
-Tranquila- habla haciendo un gestó de calma con las manos- Que no nos han pillado
-¿Y si nos llegan a pillar?- cuestiona alterada
-Pero no te piques- le dice, pretendiendo abrazarla
-Déjame- ordena apartándose de el- me voy
Emprende camino a su casa
Jorge la sigue:
-Si me pagas el bus, te acompaño- le ofrece
-¡No!- niega fingiendo esta vez su enfado- Tenia razón Sandra, me vas a salir mucho más caro que Carlos

Se sientan en la parte de atrás del autobús urbano. Han tenido suerte, no esta muy lleno.
Primero, deben de pasar por unas cuantas paradas antes de la suya, y en una de ellas, montan dos amigas de Elena. Esta reacciona en cuanta las ve:
-Déjame pasar- le pide a Jorge levantándose de su asiento
-¿Qué haces?- pregunta este sin entender nada.
-Conozco a esas dos- justifica.
Se aparta unos pasos de donde esta Jorge sentado y se agarra a una varilla del autobús.
Aparenta sorpresa cuando las chicas suben al bus
-¡Hola!-
-¡Ellen!-
Se saludan con dos besos y un abrazo, aparentan tenerse mucho aprecio. Nadie diría que esa mañana se vieron en el instituto y ni siquiera se saludaron.
Empiezan a hablar de tonterías. Una de las chicas le cuenta que a sacad un 7 en un examen de biología y ella actúa como si le interesaría.
Finge no conocer a Jorge, que desde su asiento la mira indignado.
Cada palabra que profiere Elena, le parece mas falsa. Y mas rabia le da. Logra controlarse, y cuando el trayecto llega a su fin, baja lanzado del autobús.
Ella tarda unos segundos, porque tiene que despedirse de sus amigas.
-Que pesadas- reprocha al bajar.
El la espera apoyado en la pared mas cercana.
-¿Qué te pasa?- cuestiona cuando percibe su mosqueo.
-¿Te piensas que puedes pasar de mi, y hacer como si nada?- mas que una pregunta es una acusación-

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