martes, 15 de febrero de 2011

Capitulo 8:-"¿Le importaría no ser tan inoportuna, y no llamar cuando estoy besando a su hija? Gracias, sabia que lo entendería"


El timbre suena, y Elena corre a contestar por el telefonillo:
-¿Quién?-La música de una guitarra la saluda -Jorge- dice, sin ocultar su alegría
-¿Bajas?
-Dame un minuto
Cuelga y corre a su habitación. Se pone las primeras zapatillas que ve, no hay tiempo de arreglarse. Prefiere ir fea, que hacerlo esperar.
Guarda las llaves en el bolsillo izquierdo de su pantalón. Empieza a buscar su móvil, que como siempre tiene ganas de jugar al escondite. Lo pilla rápido,
Lo había dejado sobre la mesa de la cocina, después de hablar con Sandra. Lo guarda en el bolsillo derecho, y sale del piso.
Baja las escalares de tres en tres. Cuando llega al portal lo ve, tras la puerta de cristal, esperándola con su guitarra.
-¿Qué haces aquí?- saluda, saliendo del portal.
-Me ha traído mi chofer- bromea señalando el coche rojo, aparcado a pocos metros. Elena lo reconoce enseguida. Recuerda haberse subido un par de veces, con Sandra.
-¿Pablo es tu chofer personal?
-Si- le echa una sonrisa. Es la primera vez que ella ve su sonrisa tan claramente, y espera que no sea la ultima- ¿Cuánto tiempo tienes?
-Pues… no lo se-
-Tú tranquila. La agarra de la mano- para antes de las 12 estas en casa- agarrando con una mano a ella, y con otra la guitarra. Las conduce hasta el coche.
En el vehículo no esta solo “El Pelau”, también esta “El Ricky”. Que se hace notar en cuenta se suben al coche:
-Niña, ¿no te da miedo ir con nosotros?- le pregunta con malicia
Jorge lo fulmina con la mirada.
-No es la primera vez que me monto con Pablo- contesta ella, fingiendo que a malinterpretado la pregunta- Me fio bastante de su manera de conducir…
-Haces bien Elena - contesta este presumiendo.- Bien, ¿y a donde os llevo parejita?
Un silencio incomodo sigue a “parejita”. Hasta que ella se decide a hablar:
-Si, ¿A dónde me llevas?- le consulta mirándolo.
-No lo se, ¿no hay ningún sitio tranquilo, donde podamos estar los dos solos?- pregunta dejando a sus amigos fuera del plan.
-Si, hay un parque cerca de aquí, donde nunca hay nadie. ¿Sabes cual es, Pablo?
¿Cómo no va a saberlo?,!si hay es donde Sandra y el vivieron sus momentos mas apasionados!
En un momento, se encuentra los dos en dicho parque.
El sentado en el césped. Dándole la espalda a ella, que esta echada a su lado, escuchando como toca la guitarra.
-Me encanta- lo felicita cuando termina de tocar la ultima melodía
El guitarrista deja su instrumento a un lado, ya ha tocado medio repertorio de Paco de Lucia. Tampoco quiere aburrirla.
Se deja caer en la hierba, al par de ella.
-¿Nunca has pensado en tocar profesionalmente?- sus caras están muy cercar. Puede sentir su respiración al hablar.
-No…- niega encogiéndose de hombros.
-¿Dónde aprendiste?- pregunta, esperando de respuesta el nombre de alguna academia.
-Me enseño mi papa.
-¿Y tu padre, donde aprendió?
-Le enseño su papa
-Vale, no te pregunto donde aprendió tu abuelo, porque se me la repuesta- ríen. Tras unos segundos, ella retoma la conversación- ¿Y no sueñas con hacerte famoso, subirte a un escenario y que la gente te escuche?
-No, no tengo ese tipo de sueños- contesta mirando al cielo.
-Y ¿Cuáles son tus sellos?
-No se… tener una vida normal. Casarme, seguir trabando, tener hijos… ¿Tu?
-¿Yo?- también dirige su mirada al cielo- Yo sueño con algo mas… no espero únicamente casarme y parir un par de niños.
-Entonces,- la mira- ¿con que sueñas?
-No se… con tener mi historia aparte- deja de mirar al cielo, y sus ojos se encuentra.
El se acerca mas a ella, aguarda un instante. Al no recibir ningún tipo de negación, la besa. Ella se deja besar, apoyando su brazo izquierdo en el pecho de el. Disfrutan del beso.
Pero Enrique Iglesias y Pitbull, les interrumpen con su “I like it”. Elena se separa bruscamente, para sacar su móvil del bolsillo.
-¡Mi madre!- grita atemorizada al leer la pantalla. Contesta rápido, sin darle motivos a regañarla- ¿Si?
-¿Dónde est…?
-He salido, con Sandra- ella misma se asombra de lo rápido que contesta.
-Vale, cariño- no pone ningún tipo de pega. Eso le hace sentirse culpable a Elena.- No tardes mucho.
-Vale mama, adiós.- cuelga.
-¿Por qué no me la has pasado?- interviene Jorge
-Porque tampoco le daría mucha ilusión conocerte hoy- contesta buscando la bandeja de SMS en su móvil.
-¿Cómo que no?, si le iba a hablar con respeto. Iba a decir, -adopta un tono de voz educado- perdone tía ¿le importaría no ser tan inoportuna, y no llamar cuando estoy besando a su hija? Gracias, sabia que lo entendería.-
-¡Es capaz de denunciarte!- dice entre risas, mientras termina de escribir el SMS. El se acerca, para ver que esta haciendo- Cotilla- lo acusa.
Relee el mensaje: Mi madre cree que estoy contigo, así que no la cagues. Te quiero loka.
Enviar a Sandra.
-¿La loca esa, te saca de apuros, no?- consulta Jorge, mientas le besa el cuello.
-Si, es lo bueno de tener una amiga loca.- guarda el móvil, y se gira hacia el. Cambiando su cuello, por su boca.
Se dejan llevar, flotan en ese cielo que antes contemplaban. Hasta que el teléfono, vuelve a sonar.
-Podías apagarlo- aconseja el.
Elena contesta, esta vez sin apartarse. Por lo que el, puede escuchar la conversación.
-¿Si?
-¿Qué es eso que estas haciendo, que no puede saber tu madre?- Es Sandra. Claro, tenia que habérselo imaginado. No puede enviarle un SMS así, sin despertar su curiosidad.
-¡Hola!- grita Jorge, respondiendo a su pregunta.
-Ah vale- a Elena le parece ver su sonrisa malvada, tras el celular- Entonces te dejo tranquila, picarona
-Luego te llamo- cuelga
-¿Picarona?- dice, a la vez que ella, le enfoca con la cámara del móvil. Le ha pillado con la boca abierta, esta muy gracioso.
Rota el teléfono, para mostrarle la fotografía:
-¡Me parezco a mi hermana!
-¿Cuántos hermanos tienes?- preguntan, guardando la foto y el móvil.
-Tres. –Contesta abrazándole la cintura- Mi hermana Sheila, que tiene 12 años.
Alfredo, que es el mas pequeño, tiene 5. Y Toni.
-Creía que Toni era tu primo- señala acariciándole el pelo
-Si, pero nos hemos criado como hermanos. Sus padres se murieron cuando era pequeño…- se calla. No se siente bien contando las intimidades de su primo.
Elena advierte su incomodidez
-No hace falta que me cuentes, si no quieres
-Puedes preguntarme lo que quieres de mi- le ofrece, dispuesto a contarle su vida entera- Pero, no me gusta hablar de los demás.
Ella accede, y así pasan las horas. Tirados en el césped, hablando.
Ella quiere saberlo todo sobre el. Le pregunta por sus gustos, por sus aficiones, por sus pensamientos, por sus sentimientos. Y el le responde con toda sinceridad. Deleitándola con su miedosa sonrisa, una y otra vez. En ese solitario parque, que lo niños deben considerar aburrido, porque no hay ni uno.
Ni siguieran se enteran, cuando el BMV rojo para enfrente de ellos. Hasta que el Ricky se asoma por la ventanilla:
-¡Oye Jorge!- chilla con cara de pocos amigos- Son las siete pasadas… esta chica se tendrá que ir a su casa, ¿no?
-Si- responde Elena levantándose velozmente- Mi madre me va a matar- se lamenta, mientra sacude la hierva de su pantalón.
Jorge recoge su guitarra, y tras ella, monta en el coche.
Los dos van montados atrás, igual que antes. Pero todo ha cambiado. Ahora se miran sin ninguna vergüenza. Tienen la complicidad y confianza, que otras parejas no consiguen en años de relación.
Les ha bastado un par de horas, para conocerse por completo.
El se siente desnudo ante su mirada. A ella le a dicho cosas, que no contaría ni a sus mejores amigos. Pero también siente que la conoce, que a aprendido a interpretar su sonría. Esta seguro de que podría leer cualquier pensamiento en ella. Y no se equivoca.
Cuando llegan a su casa, se ofrece a acompañarla hasta el portal:
-¿Me das tu número?- le pregunta al llegar
-¿Vas a llamarme?- duda ella con una sonría
-Si, a cobro revertido. No tengo saldo- explica
-¡Ya has roto todo el romanticismo!- ríen- ¿Apuntas?
-No, lo memorizare. –Señala el número del portal- Lo he hecho con tu dirección.
Después de que se lo repita varias veces, jura habérselo aprendido. Y se despiden, esta vez con un solo beso. Pero mas intenso.

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